Votaciones Catalanas

Votaciones Catalanas

La negativa de Madrid a comprometerse, en opiniĂ³n del movimiento nacionalista catalĂ¡n, hace que el impulso hacia la independencia catalana sea imposible de evitar. No hay otra opciĂ³n prĂ¡ctica que la independencia, salvo sucumbir a una penuria financiera regional cada vez mĂ¡s gravosa, independientemente del Ă©xito de la economĂ­a catalana.

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By Matthew Parish

El 21 de diciembre de 2017 se celebrarĂ¡ una nueva elecciĂ³n rĂ¡pida de los miembros del parlamento autonĂ³mico catalĂ¡n. Esta elecciĂ³n viene despuĂ©s de la extraordinaria agitaciĂ³n reciente.

El referéndum de independencia y sus consecuencias

El 1 de octubre de 2017, la Generalitat de Catalunya convocĂ³ un referĂ©ndum sobre la secesiĂ³n de Cataluña del resto de España. El resultado del plebiscito fue abrumadoramente favorable a la independencia catalana, aunque surgieron dudas en los medios de comunicaciĂ³n sobre si los presuntos votantes del “no” se habĂ­an negado a votar. El referĂ©ndum habĂ­a sido declarado previamente ilegal por el Tribunal Constitucional español.

A continuaciĂ³n, la Generalitat pidiĂ³ negociaciones con el gobierno central español en Madrid. El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se negĂ³. El español, rey Felipe VI, habĂ­a accedido al trono despuĂ©s de circunstancias insĂ³litas en torno a la abdicaciĂ³n de su padre Juan Carlos I en 2014. El momento de esta abdicaciĂ³n fue justo antes de un referĂ©ndum independentista catalĂ¡n previo, y fue anunciado no por el monarca abdicante, sino por Mariano Rajoy. Felipe tomĂ³ el trono delante de sus dos hermanos mayores. Felipe ha apoyado inequĂ­vocamente a Rajoy en su negativa a negociar con el movimiento independentista catalĂ¡n.

A pesar del resultado del referĂ©ndum de 2017, el presidente catalĂ¡n Carles Puigdemont se negĂ³ a declarar la independencia. Rajoy entonces impuso un ultimĂ¡tum: o bien renunciar a la perspectiva de independencia apoyada por el voto, o bien enfrentarse a la imposiciĂ³n del llamado gobierno directo de Madrid bajo una disposiciĂ³n nunca antes utilizada de la ConstituciĂ³n española. En respuesta, Puigdemont pidiĂ³ nuevas conversaciones e intervenciĂ³n de la UniĂ³n Europea. Bruselas hizo oĂ­dos sordos.

ImposiciĂ³n de Madrid

Rajoy hizo una declaraciĂ³n imponiendo un gobierno directo sobre Cataluña, destituyendo a los ministros y parlamentarios de la regiĂ³n. Los jueces de Madrid, supuestamente bajo la influencia del partido polĂ­tico de Rajoy, ordenaron la detenciĂ³n y encarcelamiento de los dirigentes del movimiento independentista catalĂ¡n, incluidos los funcionarios del gobierno catalĂ¡n. Algunos huyeron a Bruselas, donde impugnan los procedimientos de extradiciĂ³n por delitos arcaicos como la sediciĂ³n y la rebeliĂ³n. Otros se sometieron a la jurisdicciĂ³n de los tribunales de Rajoy y fueron rĂ¡pidamente encarcelados, donde permanecen.

Sin embargo, Rajoy no consiguiĂ³ todo a su manera. Aunque habĂ­a sugerido un perĂ­odo de seis a nueve meses de gobierno directo antes de las nuevas elecciones catalanas, se ejerciĂ³ presiĂ³n polĂ­tica europea sobre Ă©l. Rajoy tuvo que convocar nuevas elecciones autonĂ³micas para Cataluña en un plazo de apenas seis semanas. El movimiento nacionalista estuvo de acuerdo.

HabĂ­a varias razones por las que se le impuso a Rajoy esta escala de tiempo truncada. En Europa se estaba dando un creciente sentimiento de repugnancia popular por los mĂ©todos antidemocrĂ¡ticos y autoritarios utilizados para reprimir a los polĂ­ticos y activistas pacĂ­ficos alineados con el movimiento independentista catalĂ¡n. La violencia ejercida por la policĂ­a en un intento de evitar el referĂ©ndum exacerbĂ³ la situaciĂ³n. La crisis ha estado causando un daño econĂ³mico potencialmente irreversible.

Deuda pĂºblica española

La incertidumbre polĂ­tica sobre el futuro de Cataluña estĂ¡ causando un daño sustancial a las economĂ­as de Cataluña y España. El nĂºmero de turistas ha bajado drĂ¡sticamente. Las empresas amenazan con trasladarse desde Cataluña. Se ha informado de que unas 2.000 ya lo han hecho. Cataluña es la base imponible principal de la tesorerĂ­a de Madrid. Si la economĂ­a de Cataluña se ve amenazada, los ingresos fiscales destinados a Madrid pueden verse afectados. Esto podrĂ­a ser crĂ­tico. España estĂ¡ inmersa en deuda pĂºblica, que se aproxima al 100% del PIB. La deuda pĂºblica de Cataluña, que representa un 35% del PIB teĂ³rico de la regiĂ³n, es trivial en comparaciĂ³n y moderada en comparaciĂ³n con los estĂ¡ndares europeos.

La deuda española es, en buena parte, consecuencia de una serie de escĂ¡ndalos de corrupciĂ³n que se han dado a conocer y que implican la malversaciĂ³n de fondos pĂºblicos en el proceso de contrataciĂ³n de contratos pĂºblicos de construcciĂ³n. Se ha demostrado que esa malversaciĂ³n ha sido ejecutada por personas asociadas con el partido polĂ­tico de Rajoy, Partido Popular. La economĂ­a española es demasiado grande para quebrar. BerlĂ­n no puede permitirse el lujo de rescatar la cuarta economĂ­a mĂ¡s grande de la eurozona, como ha hecho con Grecia. España se tambalea en el borde. Las finanzas del paĂ­s han sido apoyadas por un programa de alivio cuantitativo en curso del Banco Central Europeo desde 2015, para evitar el colapso del euro.

Los ingresos fiscales catalanes son esenciales para que Madrid pueda pagar los intereses de sus deudas internacionales. Tras la imposiciĂ³n del dominio directo por parte de Madrid, nada ha cambiado mucho en las instituciones gubernamentales de la capital catalana Barcelona. Madrid ha demostrado ser incapaz de recorrer Cataluña a distancia. Si persiste la incertidumbre sobre el futuro polĂ­tico de Cataluña, entonces la espina dorsal econĂ³mica y fiscal de España puede verse socavada con resultados potencialmente devastadores. Las consecuencias para España y la zona euro de un impago de los bonos españoles serĂ­an sin duda devastadoras. Por lo tanto, Europa ha insistido en que las elecciones se adelanten.

Nuevas elecciones para Cataluña

Rajoy decidiĂ³ el 21 de diciembre como fecha de las nuevas elecciones autonĂ³micas catalanas. Es casi el Ăºltimo dĂ­a laborable antes de Navidad. Presumiblemente, el objetivo de Rajoy era reducir la participaciĂ³n electoral. Se cree que una alta participaciĂ³n electoral favorece a los partidos polĂ­ticos catalanistas nacionalistas. Los medios de comunicaciĂ³n madrileños se comprometen en una campaña implacable para desacreditar a los partidos polĂ­ticos catalanes que apoyan la autonomĂ­a.

El lĂ­der de uno de esos partidos estĂ¡ ahora en el exilio. El lĂ­der de otro partido estĂ¡ preso en Madrid. Pero el uso de tĂ¡cticas mano dura por parte de Madrid para reprimir el referĂ©ndum del 1 de octubre y sus secuelas puede haber sido contraproducente. Ha habido una repugnancia popular catalana hacia los mĂ©todos utilizados por Madrid para evitar que se produzca un voto democrĂ¡tico.

La violencia policial contra los electores, los manifestantes y los funcionarios de las mesas electorales, iniciada en Madrid, ha sido particularmente desagradable. Esto se ha visto agravado por el uso opresivo del derecho penal pretextual contra los polĂ­ticos elegidos democrĂ¡ticamente. El resultado neto es que el apoyo al movimiento autonĂ³mico catalĂ¡n ha aumentado sustancialmente entre la poblaciĂ³n con derecho a voto de Cataluña. Los que alguna vez fueron neutrales se inclinan mĂ¡s por apoyar a los partidos polĂ­ticos catalanistas, en virtud de la repulsiĂ³n por las tĂ©cnicas de Madrid.

El sistema electoral catalĂ¡n

Cataluña tiene un surtido cambiante de partidos polĂ­ticos y listas electorales. El parlamento unicameral catalĂ¡n se elige mediante el llamado sistema de listas de partidos cerrados de D’ Hondt de representaciĂ³n proporcional en cuatro circunscripciones electorales. Este modelo electoral resulta en una distribuciĂ³n polĂ­tica de escaños dentro del parlamento razonablemente proporcional al nĂºmero de votos de cada partido. El gobierno regional catalĂ¡n es parlamentario y no presidencial. Hay 135 diputados en el parlamento catalĂ¡n.

El Presidente de la Generalitat de Catalunya es nombrado por mayorĂ­a de los diputados electos. El Presidente, a su vez, nombra el equilibrio del gobierno. Una vez concluidas las elecciones y contados los votos, se debe formar una coaliciĂ³n para elegir al Presidente y esto implicarĂ¡ una negociaciĂ³n sobre quĂ© partidos dentro de la coaliciĂ³n van a ocupar quĂ© cargos en el gobierno. Normalmente se necesita un mĂ­nimo de 68 votos de 135 para formar una coaliciĂ³n gobernante.

¿Predecir los resultados de las elecciones?

Las encuestas de opiniĂ³n sugieren que los partidos que apoyan la autonomĂ­a catalana probablemente obtendrĂ¡n una clara mayorĂ­a de escaños en las elecciones del 21 de diciembre. Hay siete grupos de partidos importantes que compiten en las elecciones, ademĂ¡s de varios candidatos independientes.

Las cifras de las encuestas varĂ­an y contrastan con resultados histĂ³ricos relativamente consistentes. Esto en sĂ­ mismo es causa de cierto grado de incertidumbre. Sin embargo, las indicaciones actuales sugieren que los partidos y candidatos independientes que apoyan al movimiento nacionalista catalĂ¡n de una u otra manera obtendrĂ¡n alrededor del 58% del voto popular. Eso se traduce en unos 78 asientos.

Tal resultado no serĂ­a sustancialmente diferente de las elecciones anticipadas de 2015, en las que los partidos nacionalistas obtuvieron unos 83 escaños con una participaciĂ³n del 74,9%. Tampoco estarĂ­a en desacuerdo con el resultado de las elecciones de 2012, en las que los nacionalistas catalanes obtuvieron 81 escaños con una participaciĂ³n del 68%.

Las elecciones regionales catalanas de 2012 y 2015 se convocaron efectivamente como plebiscitos sobre cuestiones de autonomĂ­a e independencia catalanas a la luz de los anteriores estancamientos entre Barcelona y Madrid. La elecciĂ³n de 2017 serĂ¡ efectivamente otro plebiscito mĂ¡s sobre los mismos temas. La cifra de 78 puede ser demasiado baja. Todo indica que, a pesar de la elecciĂ³n de Rajoy de una fecha inconveniente para la elecciĂ³n, la participaciĂ³n puede ser aĂºn mayor que en 2015. Los catalanes estĂ¡n indignados. Se proponen mostrar su insatisfacciĂ³n en las urnas.

Negociaciones de coaliciĂ³n

Es probable que los partidos nacionalistas catalanes se apoyen unos a otros en una coaliciĂ³n posterior. Se han agrupado en resistencia a los ataques jurĂ­dicos que se han ejercido contra ellos, y a la luz de la repugnancia popular al tratamiento que Madrid da a lo que ellos perciben como democracia catalana.

Aunque los partidos nacionalistas varĂ­an de liberal/centro-derecha a izquierdas, dan todas las indicaciones de su intenciĂ³n de dejar de lado, al menos temporalmente, las diferencias ideolĂ³gicas en favor de la oposiciĂ³n a la mano dura de Madrid. Madrid se estĂ¡ descubriendo a sĂ­ misma como arquitecta de una catĂ¡strofe inminente e inminente en contra de sus propios intereses.

Ciudadanos: partido político singular de Cataluña

Otro factor puede ser relevante para explicar la consistencia de la fortaleza de los partidos polĂ­ticos catalanistas en las urnas. Este es el reciente ascenso del partido polĂ­tico quizĂ¡s mĂ¡s insĂ³lito de España, Ciudadanos.

Aunque es ostensiblemente un partido polĂ­tico catalĂ¡n que representa los puntos de vista antinacionalistas liberales, los orĂ­genes electorales de Ciudadanos podrĂ­an buscarse en el pequeño pueblo de SanlĂºcar de Barrameda, en el suroeste de España. Uno de los primeros Ă©xitos electorales del partido fue la consecuciĂ³n en 2007 de una minorĂ­a decisiva en el Ayuntamiento de SanlĂºcar, bajo el nombre de Ciudadanos Independientes de SanlĂºcar.

Posteriormente, el partido se expandiĂ³ por toda la comunidad autĂ³noma andaluza en el suroeste de España, y formĂ³ una mayorĂ­a real en el parlamento regional andaluz con el nombre abreviado de Ciudadanos. En todo momento su lĂ­der en AndalucĂ­a ha sido un ex-miembro de la Alianza Popular, predecesor del Partido Popular de Rajoy encabezado por el cĂ©lebre polĂ­tico franquista Manuel Fraga. Ciudadanos es ampliamente percibido como un representante del Partido Popular.

Ciudadanos estĂ¡ asociada a una consultora de gestiĂ³n del sector pĂºblico de procedencia incierta, que depende en gran parte de su financiaciĂ³n de una oscura fundaciĂ³n casi privada asociada a la regiĂ³n de los Pirineos en el paraĂ­so fiscal de Andorra y sus alrededores. Andorra es un microestado montañoso no perteneciente a la UniĂ³n Europea, encajonado entre territorios franceses y españoles. El proyecto de Ciudadanos podrĂ­a describirse generosamente como un proyecto que involucra una presunta ingenierĂ­a electoral, utilizando fondos sustanciales de una fuente desconocida. En el contexto de los recurrentes escĂ¡ndalos de corrupciĂ³n polĂ­tica de Madrid, uno podrĂ­a considerar que nada debe sorprender.

Ciudadanos tiene una serie de cualidades curiosas como partido polĂ­tico. Uno es su extraordinario salto en el apoyo electoral aparente dentro de Cataluña entre las dos elecciones autonĂ³micas de 2012 y 2015. Esto fue del orden de un 300%. Este aumento en el apoyo popular ocurriĂ³ durante un perĂ­odo truncado entre dos elecciones. Esto se produjo en el contexto de un clima polĂ­tico en el que las principales cuestiones para los votantes no habĂ­an cambiado, y el partido tenĂ­a poco tiempo para prepararse para ambas elecciones.

Eso en sĂ­ mismo es inusual. Las personas que estudian el desarrollo de sistemas electorales en sociedades divididas podrĂ­an considerar sorprendente este tipo de crecimiento. En las elecciones regionales andaluzas se observa un aumento equivalente, si no mĂ¡s dramĂ¡tico, del apoyo popular a Ciudadanos.

Otra caracterĂ­stica inusual de Ciudadanos es la extraordinaria juventud de sus representantes electos. De los 25 diputados al parlamento autonĂ³mico catalĂ¡n que figuran actualmente en la lista de partidos de Ciudadanos, la edad media es de 38 años. Si se descuenta a los seis diputados mayores de 50 años, la edad media baja a unos 34 años. Muy pocos de estos diputados tienen experiencia polĂ­tica previa. Algunos parecen haber asistido a la misma facultad de derecho.

El lĂ­der del partido, Albert Rivera, ocupĂ³ el cargo de lĂ­der (su primera posiciĂ³n en Ciudadanos) a la edad de 27 años. Antes era miembro del Partido Popular. Ciudadanos podrĂ­a ser uno de los partidos polĂ­ticos mĂ¡s jĂ³venes y con menos experiencia de que se tenga constancia que haya logrado resultados electorales tan extraordinarios.

El ministro de Economía español

Albert Rivera es quizĂ¡s mĂ¡s conocido por aparecer desnudo en los anuncios polĂ­ticos. En junio de 2017 asistiĂ³ a la reuniĂ³n financiera secreta de la elite de Bilderberg con el desacreditado ministro español de EconomĂ­a, Luis de Guindos, que se ha visto envuelto en un escĂ¡ndalo de amiguismo. Sin embargo, esto no ha provocado que Rajoy destituya a De Guindos de su cargo.

Rivera fue una opciĂ³n inusual para acompañar a De Guindos como representante del gobierno español. Rivera es el lĂ­der juvenil de un oscuro partido polĂ­tico minoritario sin representaciĂ³n en el gobierno de Madrid. Apenas tiene experiencia relevante para participar en las reuniones de la Ă©lite de Bilderberg.

De Guindos es conocido por ser un miembro de alto rango de la orden semimonĂ¡stica del Opus Dei. Es una organizaciĂ³n conservadora bajo el paraguas de la iglesia española, fundada por JosemarĂ­a EscrivĂ¡ de Balaguer. EscrivĂ¡ simpatizaba abiertamente con el dictador fascista español Francisco Franco, en el cargo entre 1939 y 1975. EscrivĂ¡ utilizĂ³ la orden religiosa secreta como un canal encubierto al rĂ©gimen fascista franquista para fondos estadounidenses durante la Guerra FrĂ­a.

La razĂ³n de ello era evitar que la frĂ¡gil y autĂ¡rquica economĂ­a fascista de Franco sucumbiera al comunismo. El partido polĂ­tico del primer ministro español Mariano Rajoy, el Partido Popular, es el partido asociado a De Guindos. El Partido Popular tiene su origen en un ministro franquista del Interior.

De Guindos es un conocido cercano del Presidente de la ComisiĂ³n Europea, Jean-Claude Juncker. De Guindos era el candidato preferido de Juncker para suceder a Jeroen Dijsselbloem como presidente de la influyente reuniĂ³n del Eurogrupo de ministros de finanzas de la zona euro. Otros paĂ­ses europeos bloquearon decididamente a De Guindos.

Crisis en medio de los socialistas españoles

El propĂ³sito para el que se creĂ³ Ciudadanos parece estar socavando el apoyo popular al Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Este partido polĂ­tico con sede en Madrid ocupĂ³ anteriormente un amplio territorio republicano, antifranquista, parte del espectro polĂ­tico nacional entre la izquierda firme y los liberales moderados. Tras la muerte de Franco en 1975, el PSOE fue el principal rival del Partido Popular.

En los Ăºltimos años, el PSOE ha visto cĂ³mo su base electoral ha sido atacada por ambas partes. Su apoyo izquierdista ha emigrado en gran parte a Podemos, un grupo parlamentario poco ortodoxo y antiinstitucional con polĂ­ticas abiertamente socialistas. El ala liberal del PSOE ha perdido apoyo en varias regiones frente a Ciudadanos. El resultado del crecimiento de Ciudadanos en AndalucĂ­a ha sido asegurar que el PSOE, histĂ³ricamente el partido dominante en esa regiĂ³n, ya no pueda formar gobiernos sin el apoyo de Ciudadanos.

Si Ciudadanos es un representante del Partido Popular, entonces Rajoy ha conseguido socavar a sus principales opositores polĂ­ticos a nivel nacional al asegurarse de que el PSOE se vea ahora limitado en varias regiones españolas a gobernar sĂ³lo a costa de un partido que cae dentro del Ă¡mbito del Partido Popular. Esto puede explicar en parte sustancial por quĂ© en las dos Ăºltimas elecciones federales de Madrid, el PSOE se abstuvo para que Rajoy pudiera formar un gobierno minoritario. A travĂ©s de Ciudadanos, el Partido Popular ha cojeado a su principal oponente polĂ­tico histĂ³rico.

La oposiciĂ³n antinacionalista catalana

Los dos principales grupos polĂ­ticos antinacionalistas que se presentan en las elecciones autonĂ³micas de 2017 son el PSOE y Ciudadanos. Mientras que el propio Partido Popular tiene escaso apoyo polĂ­tico en Cataluña, las ambiciones de Rajoy son presumiblemente idear una coaliciĂ³n PSOE-Ciudadanos despuĂ©s del 21 de diciembre que, posiblemente con la abstenciĂ³n del Partido Popular, podrĂ­a superar un umbral reducido para la formaciĂ³n de una administraciĂ³n minoritaria en el gobierno autonĂ³mico de la Generalitat de Catalunya. El presidente del PSOE de Barcelona, Miquel Iceta, ha declarado abiertamente su ambiciĂ³n de convertirse en el prĂ³ximo presidente de la Generalitat a pesar de los malos resultados polĂ­ticos del PSOE en la regiĂ³n.

Es dudoso que esto funcione. Parece aritmĂ©ticamente imposible que el PSOE y Ciudadanos alcancen el nĂºmero de diputados necesarios para lograr tal resultado, por mucho que la denominada ingenierĂ­a electoral de este Ăºltimo partido y sus empresas y fundaciones aliadas estĂ©n dispuestas a comprometerse. De acuerdo con las previsiones actuales, Ciudadanos parece que no conseguirĂ¡ mĂ¡s de 25 escaños, mientras que el PSOE tendrĂ­a la suerte de mejorar su registro de 16 en 2015. Es impensable que estos dos partidos, muy ridiculizados por una parte sustancial de la poblaciĂ³n catalana, puedan persuadir a los ahora desafiantes partidos nacionalistas catalanes de que rompan filas y releguen asĂ­ su causa comĂºn.

CatĂ¡strofe para Rajoy

A pesar de las inevitablemente frĂ¡giles negociaciones entre coaliciones postelectorales en el periodo de Navidad y Año Nuevo, el nuevo gobierno de Cataluña se va a parecer mucho al viejo gobierno que Rajoy aboliĂ³ y encarcelĂ³. Incluso si el presidente catalĂ¡n Carles Puigdemont estĂ¡ destinado a pasar varios meses o mĂ¡s en el exilio en Bruselas a la espera de un proceso judicial potencialmente interminable, las nuevas caras sustituirĂ¡n a la antigua.

Si este es el resultado, la estrategia de Rajoy para socavar el movimiento independentista catalĂ¡n a travĂ©s de la opresiĂ³n legal habrĂ­a fracasado. Esto socavarĂ¡ la credibilidad nacional e internacional de Rajoy y puede suponer un coste de daños estructurales fundamentales para la economĂ­a de Cataluña y, por lo tanto, para la de España. Porque España necesita ingresos fiscales catalanes.

¿Un origen fiscal de la crisis catalana?

¿Por quĂ© el movimiento independentista ha sido tan recurrente en Cataluña desde 2012? El reto fundamental es el control de los ingresos fiscales. Aunque la deuda pĂºblica de Cataluña no es excesiva, es impracticable en el marco de las actuales disposiciones constitucionales españolas para que la Generalitat pueda equilibrar sus cuentas. Esto se debe a que los ingresos fiscales catalanes se pagan directamente al fisco de Madrid, que utiliza esos fondos para pagar su propia deuda y luego tiene la libertad efectiva de devolver a Barcelona el saldo que considere oportuno.

Si un gobierno barcelonĂ©s se inclinara a intentar pagar la deuda pĂºblica de Cataluña, no podrĂ­a hacerlo. Barcelona controla sĂ³lo una de las dos columnas de la contabilidad del gobierno catalĂ¡n: el gasto pĂºblico. No puede controlar sus ingresos fiscales. En la prĂ¡ctica, los impuestos pagados por los catalanes no estĂ¡n divididos, como en Estados Unidos o Suiza, en componentes federales y regionales. En lugar de eso, todas las sumas se pagan a Madrid, que efectivamente puede decidir cuĂ¡nto hay que devolver a Barcelona.

Esto se logra a travĂ©s de un poder discrecional del Gobierno de Madrid para utilizar los ingresos pĂºblicos en cualquier lugar del paĂ­s que considere mĂ¡s adecuado. Esto crea un dĂ©ficit fiscal permanente por parte de Cataluña a favor de Madrid. Independientemente de la cuantĂ­a de los ingresos fiscales recaudados por Barcelona, Madrid puede (y asĂ­ ha sido histĂ³ricamente) garantizar que los ingresos fiscales netos de Cataluña devueltos desde Madrid a Barcelona sean inferiores al gasto pĂºblico de Barcelona. Esta posiciĂ³n constitucional es anĂ³mala. Otras regiones españolas, como Euskadi y Navarra, tienen un control sustancialmente mayor sobre el destino de los ingresos tributarios que pagan sus ciudadanos y empresas.

Igualdad de trato entre las regiones españolas

La Generalitat de Catalunya ha buscado en el pasado negociar un tratamiento equivalente para Cataluña. La razĂ³n por la que Madrid se ha negado a ceder un mayor nivel de control a Barcelona es que Cataluña es un contribuyente desproporcionadamente grande. Cataluña paga mĂ¡s por persona. Cataluña tiene mucha gente.

Madrid estĂ¡ utilizando los ingresos fiscales de Cataluña, al menos en buena parte, para financiar sus propias obligaciones de deuda pĂºblica precaria. Cualquier cesiĂ³n de control a Barcelona, o un reequilibrio de la estructura de las contribuciones fiscales catalanas entre Madrid y Barcelona (como la consagraciĂ³n de un cĂ¡lculo fijo para la divisiĂ³n de los ingresos entre ambas), correrĂ­a el riesgo de eliminar la facultad discrecional de Madrid para sacar mĂ¡s provecho a los catalanes si sus circunstancias lamentables asĂ­ lo exigen.

Una queja recurrente de los polĂ­ticos catalanes es que el aumento perenne de la deuda pĂºblica de Barcelona no se debe a un gasto excesivo de la Generalitat, sino a una modificaciĂ³n unilateral por parte de Madrid de las fĂ³rmulas de distribuciĂ³n de impuestos para garantizar que, por muy eficiente que sea Barcelona en el funcionamiento de sus finanzas, su dĂ©ficit sea constante. El resultado es que la deuda pĂºblica de Cataluña estĂ¡ destinada a aumentar año tras año, independientemente de cĂ³mo gestione su economĂ­a la Generalitat.

La negativa de Madrid a comprometerse, en opiniĂ³n del movimiento nacionalista catalĂ¡n, hace que el impulso hacia la independencia catalana sea imposible de evitar. No hay otra opciĂ³n prĂ¡ctica que la independencia, salvo sucumbir a una penuria financiera regional cada vez mĂ¡s gravosa, independientemente del Ă©xito de la economĂ­a catalana.

En busca de una soluciĂ³n

Las relaciones entre el Estado español y Cataluña han llegado a un punto muerto. La actual disputa financiera entre Madrid y Barcelona necesita una soluciĂ³n urgente. Esto se debe a que las consecuencias de perpetuar la disputa son perjudiciales para todo Madrid, Barcelona y la UniĂ³n Europea. Los recientes disturbios en Barcelona estĂ¡n degradando la economĂ­a de la regiĂ³n. Esto reducirĂ¡ los ingresos fiscales catalanes de los que depende Madrid. Si Madrid sĂ³lo tiene acceso a unos ingresos fiscales cada vez mĂ¡s escasos procedentes de la base imponible de Barcelona, corre el riesgo de no poder hacer frente a la deuda soberana española o de no poder cumplir las obligaciones de subvenciĂ³n a algunas de las regiones mĂ¡s pobres de España.

Cataluña no se resiente necesariamente de tales subvenciones. Sin embargo, uno de los impulsores del movimiento independentista es la incertidumbre y arbitrariedad de una estructura constitucional española en la que Cataluña, como comunidad autĂ³noma, sufre una distribuciĂ³n sustancialmente mĂ¡s arbitraria de sus ingresos fiscales que otras regiones españolas. Si, en Ăºltima instancia, España incumple sus obligaciones internacionales de servicio de la deuda como consecuencia de esta disputa, entonces estĂ¡ en juego la viabilidad de la zona euro. La UE no puede salvar a España, ya que su economĂ­a y su deuda son demasiado grandes.

La llamada “re-pesetatizaciĂ³n” de España es una opciĂ³n. Se trata de la vuelta a una moneda nacional española devaluada frente a la inservible deuda soberana española. La conversiĂ³n legal de las obligaciones soberanas españolas de pago e intereses denominadas en euros, a una deuda denominada en una moneda nacional de sustituciĂ³n devaluada, podrĂ­a evitar un impago soberano formal. Pero esto serĂ­a un desastre europeo absoluto, ya que la confianza del mercado de bonos en la deuda denominada en euros colapsarĂ­a.

Esto sin duda aumentarĂ­a las perspectivas de una apuesta mĂ¡s decidida por la independencia catalana. La Cataluña relativamente prĂ³spera -que puede pagar su propia deuda- tratarĂ­a de acelerar la disociaciĂ³n con el gobierno central español. Esto implicarĂ­a un mayor potencial de conflicto militar entre Barcelona y Madrid. Si Madrid necesita el dinero, es probable que envĂ­e los tanques para recogerlo. Debido a este desorden, Europa corre el riesgo de enfrentarse a un conflicto civil. Por eso la crisis catalana estĂ¡ perpetuamente en los periĂ³dicos.

El movimiento independentista catalĂ¡n no es sĂ³lo econĂ³mico y financiero. Los catalanes tienen orgullo nacional en su lengua, cultura y tradiciones. Pero las dificultades financieras son a menudo un componente importante dentro de las disputas secesionistas. Las tensiones que dan lugar a movimientos independentistas a menudo pueden mejorarse mediante la renegociaciĂ³n de cuestiones financieras y otras cuestiones jurĂ­dicas que dividen a las partes. La UniĂ³n Europea deberĂ­a facilitar esto. La negativa de Bruselas a la intermediaciĂ³n en la crisis catalana estĂ¡ exacerbando el problema, no aliviĂ¡ndolo.

La importancia para Europa

No se trata de una cuestiĂ³n puramente constitucional interna española. La continuidad de la salud financiera de una gran economĂ­a de la eurozona se basa en la renegociaciĂ³n constitucional dentro de España sobre la relaciĂ³n entre el gobierno federal español y sus regiones. El principal problema que afecta a la ConstituciĂ³n española es que varias regiones españolas reciben un trato diferente al de otras.

Esto se debe a que la actual ConstituciĂ³n española fue un compromiso preparado durante una caĂ³tica transiciĂ³n a la democracia tras la muerte de Franco en 1975. Puede ser conveniente ahora, mĂ¡s de 40 años despuĂ©s, volver a examinar algunas de las cuestiones que se decidieron cuando España era un paĂ­s muy diferente. Si bien algunas de las diferencias en el tratamiento constitucional de las regiones españolas pueden ser inofensivas, y pueden reflejar un mayor o menor sentido de identidad nacional entre las regiones españolas, la cuestiĂ³n de la autonomĂ­a fiscal catalana no es una cuestiĂ³n de este tipo.

Si hay algĂºn bien que pueda surgir del impulso unilateral catalĂ¡n a favor de la independencia en el segundo semestre de 2017, es la creaciĂ³n de un impulso dentro de España y en el resto de la UniĂ³n Europea para iniciar una investigaciĂ³n sobre la reforma constitucional y fiscal española. La posiciĂ³n actual es insostenible. Pero hay una oportunidad.

Si no se hace nada, entonces podemos estar viendo la perspectiva de repetidas elecciones rĂ¡pidas y referendos, con todas las crisis que siguen, cada dos años. Independientemente de lo que se piense a priori sobre la nociĂ³n de independencia catalana, los recientes conflictos entre Madrid y Barcelona pueden causar un daño significativo a la economĂ­a de Cataluña y de España en su conjunto. Los acontecimientos actuales estĂ¡n dañando a España ante los ojos del mundo. Europa no puede permitirse esto, ni España tampoco.

Inmediatamente despuĂ©s de las elecciones del 21 de diciembre, es imperativo centrarse en una pronta soluciĂ³n. Eso debe implicar una reforma constitucional española. La UniĂ³n Europea debe comprometerse. La constituciĂ³n española se redactĂ³ tras la tranquila desapariciĂ³n de la Ăºltima dictadura fascista europea. Ha cumplido su propĂ³sito tolerablemente bien. Pero estĂ¡ maduro para la reforma.

Si un proyecto de esta naturaleza fuera emprendido de buena fe por todas las partes implicadas, el proyecto de independencia catalana podrĂ­a verse desde una nueva Ă³ptica. La crisis inmediata puede evitarse. Esa es sin duda la prioridad ahora. Las apuestas para Cataluña, España y la UniĂ³n Europea en su conjunto son demasiado altas para soportar el continuo abandono de este problema tan peligroso para la estabilidad europea.

Matthew Parish es un abogado internacional con sede en Ginebra (Suiza) y ex miembro del personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. Es estudioso de los conflictos Ă©tnicos y la guerra civil, y ha publicado dos libros y mĂ¡s de doscientos artĂ­culos. Es Profesor Honorario de Derecho Civil y Litigios en la Universidad de Leicester y LĂ­der Global Joven del Foro EconĂ³mico Mundial. La revista Bilan lo nombrĂ³ una de las trescientas personas mĂ¡s influyentes de Suiza. www.matthewparish.com

Este es el quinto de una serie de artĂ­culos escritos por Parish sobre la crisis en Cataluña. Las tres primeras son ReflexiĂ³n sobre el Conflicto catalĂ¡n; Independencia catalana; Secuestrar Cataluña; y Suprimir Cataluña.

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